lunes, 12 de febrero de 2007

Día de la juventud

Hoy en Venezuela se celebra el “día de la juventud”. Es un feriado oficial en el que se conmemora el arrojo de unos estudiantes (cuándo no, los jóvenes actuando en grupo contra el orden opresivo) en una de las batallas de la independencia. Por otro lado, anoche no pude dormir, y vi, por nonagésima vez, las escenas finales de “Scent of a Woman”.

Me quedé enganchado en aquella escena en la que el personaje de Al Pacino defiende al joven estudiante que evitó su suicidio, mientras le mueve los cimientos a más de uno con sus frases devastadoras.

“No hay nada más triste que un espíritu amputado. No hay prótesis para eso.” Y “Charlie no venderá a sus compañeros para comprarse un futuro, y eso, señores, es integridad.”

Los fines de semana me cruzo frecuentemente con marejadas de jóvenes uniformados con precarias franelas blancas y jeans azules, yendo o viniendo de entrenamientos en la base aérea cercana (aeropuerto de la Carlota). ¿qué hacen esos jóvenes civiles uniformándose en grandes cantidades para ir a una base militar a recibir instrucciones y hacer formación? Comprendo que sean alumnos de una universidad militarizada (UNEFA), pero no comprendo qué clase de negocio hacen para estar allí, es decir, ¿qué es lo que están vendiendo para comprar su futuro?

Y más aún, ¿cuál futuro están comprando? No sabía que los militares vendieran de eso.

Al ver a esos jóvenes desde lo alto, con sus franelas blancas, formando y marchando bajo órdenes militares, se me antojan borregos, seguidores ciegos y sin criterio. Sin juventud y sin espíritu. Y para eso no hay prótesis.