domingo, 29 de noviembre de 2009

Felicidad y dinero: el reto de los siete días.



Trent Hamm, autor del blog de finanzas personales The Simple Dollar (http://www.thesimpledollar.com), hizo un experimento hace poco más de un año. En su diario personal anotaba las cinco mejores cosas que le sucedieron durante el día. Ha sido una herramienta altamente positiva, que le permite enfocarse en lo realmente bueno de la vida.

A la vuelta de un año, Trent llevó sus notas a una tabla estadística. Sus resultados relacionados con el dinero fueron así:

61% de sus anotaciones no involucraban para nada el uso de dinero: cosas como abrazar a su esposa, jugar son los niños en el parque, o una conversación gratificante.

En 31% de sus anotaciones solo tocaban el dinero de manera tangencial: preparar una cena en familia involucraba haber comprado los víveres; para disfrutar de un juego de mesa con familia o amigos tuvo que haber comprado el juego anteriormente.

Y solamente 3% de sus anotaciones tenían que ver directamente con dinero: cosas como negociar un descuento o convencerse de evitar un gasto innecesario.

En palabras de Trent, “Los mejores momentos de la vida son aquellos en los que no gasto dinero. La felicidad proviene de pasar tiempo con mi familia y amigos, de escribir y aprender nuevas cosas, y de poner a trabajar mi mente; de la conversación y la compañía, del crecimiento intelectual y la lectura.

¿cúanta felicidad has podido pagar con dinero?

La felicidad no se encuentra en los viajes a las librerías o las cafeterías. Tampoco en revisar los anaqueles de las tiendas de artículos electrónicos. Ni se puede pedir por Internet. Las cosas que compras pueden llenarte de alegría, pero esa alegría es temporal.Pero cuando pienso en las cosas compradas un rato después, o al final del día, hay sentimientos encontrados, porque me arrepiento de haber gastado dinero”, escribe Trent en su blog.

La felicidad, entonces, se encuentra en las cosas libres de la vida. “El abrazo de mi hija cuando corretea por la casa. Un gran high-five de mi hijo. Un guiño de mi esposa. Una deliciosa cena familiar completamente hecha en casa. Un momento romántico cuando los niños duermen. Un simple beso.”

El reto que se nos propone es el siguiente: por una semana, ¿qué tal si dejamos de gastar en cosas no esenciales? Olvidemos esas alegrías rápidas. No pases por la tienda de ropa o la librería, por esos sitios que se empujan a gastar innecesariamente. Sólo por siete días.

Cada noche de esa semana, reflexiona y haz una lista de las cinco mejores cosas que te sucedieron. Simplemente tenlas en un cuaderno.

Al final de la semana, relee tus siete listas y piensa en tu semana. ¿Has perdido algún momento de gran felicidad al recortar tus gastos? Puede que extrañes una o dos cosas, pero con toda seguridad te sorprenderá saber cuán feliz es tu vida sin desperdiciar dinero.

Los beneficios son inmensos: si reduces radicalmente tus gastos no esenciales, súbitamente se hace más fácil armar un fondo para emergencias. Se hace más fácil liberarte de deudas. Se te facilita ahorrar para hacer realidad esos grandes sueños que siempre has tenido (empezar tu negocio, tu casa propia, tu gran viaje). Es más fácil independizarse. O jubilarse joven. O apoyar las causas sociales que siempre te interesaron.

Lo mejor de la vida nunca es el resultado de gastar en exceso.




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